El ojo seco: una molestia cotidiana que puede convertirse
en una condición crónica
Desde la Unidad de Oftalmología y Catarata (UOC), el Dr. Servando Santana alerta sobre este síndrome
y su impacto silencioso en la salud visual
Santo Domingo, R.D. Lo que muchas personas perciben como una simple molestia pasajera puede, con el tiempo, convertirse en una afección visual crónica. El síndrome de ojo seco, una de las condiciones oftalmológicas más comunes y subestimadas, está afectando de forma creciente la calidad de vida de la población, especialmente en contextos urbanos y altamente digitalizados como el actual.
El Dr. Servando Santana Rodríguez, director médico de la Unidad de Oftalmología y Catarata (UOC), destaca que cada vez son más frecuentes los casos de pacientes que han normalizado síntomas como ardor ocular, visión borrosa o sensación de cuerpo extraño, sin sospechar que podrían estar desarrollando esta patología.
“El ojo seco no suele avisar con señales alarmantes, pero sí con molestias constantes. Cuando estas sensaciones se vuelven parte del día a día, es momento de prestarle atención”, enfatiza el especialista.
Un enemigo silencioso en la vida moderna
El síndrome de ojo seco ocurre cuando los ojos no producen la cantidad o calidad suficiente de lágrimas para mantenerse lubricados, lo que afecta directamente la comodidad visual, la concentración y el rendimiento cotidiano.
Entre los factores de riesgo identificados por la UOC se encuentran:
· La edad, con una disminución natural en la producción de lágrimas.
· Los cambios hormonales en mujeres, especialmente tras la menopausia.
· El uso intensivo de pantallas, exposición a aire acondicionado, ambientes secos o contaminados.
· El uso prolongado de lentes de contacto.
- Ciertas enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide o la diabetes.
¿Cómo identificarlo?
Algunos de los síntomas más comunes del ojo seco incluyen:
· Sensación de arenilla o cuerpo extraño.
· Enrojecimiento ocular frecuente.
· Ardor, escozor o picazón.
· Visión borrosa, especialmente tras leer o usar pantallas.
· Ojos “llorosos” como respuesta refleja a la irritación.
· Fatiga ocular y sensibilidad a la luz.
Ignorar estos signos podría agravar la condición. Según el Dr. Santana, muchas personas recurren a lágrimas artificiales sin indicación médica y sin obtener una mejoría real, prolongando así el problema.