Por. Freddy Fariña
Cada último
domingo de mayo, la Republica Dominicana se llena de amor y gratitud al
celebrar el Día de las Madres, una fecha que honra a esas figuras vitales en
nuestras vidas que son las madres. Esta tradición tiene sus raíces en el
movimiento de celebración del Día de las Madres que comenzó en Estados Unidos a
principios del siglo XX, promovido por activistas como Anna Jarvis. Desde
entonces, esta celebración ida por el mundo, adaptándose a las particularidades
culturales de cada país.
La elección
del último domingo de mayo para conmemorar este día no es casual. En muchos
lugares, se busca coincidir con la llegada del buen clima primaveral, simbolizando
el renacimiento y la fertilidad, conceptos estrechamente ligados a la figura
materna. En la Republica Dominicana, esta fecha se ha convertido en un momento
especial para reflexionar sobre el sacrificio y la dedicación que las madres
brindan a sus familias.
Las madres
son seres maravillosos; son cuidadoras, educadoras y pilares fundamentales en
el desarrollo emocional y social de sus hijos. Su amor incondicional y su
capacidad para enfrentar desafíos son dignos de admiración. Sin embargo, es
curioso como muchos hijos tienden a recordar este día como una oportunidad para
compensar los deslices del resto del año. Al llegar el Día de las Madres,
padres e hijos buscan agasajar a sus mamas con regalos que van desde flores
hasta joyas o cenas especiales.
Pero, ¿Qué
hay del verdadero significado detrás de estos obsequios? Un buen hijo no solo
destaca por el regalo que ofrece ese día; su verdadero valor radica en su
comportamiento diario hacia su madre. Ser un buen hijo implica respeto,
atención y cariño constante. Las acciones cotidianas son los verdaderos regalos
que fortalecen el vínculo entre madre e hijo.
Los
comercios también juegan un papel crucial durante esta celebración. En la
Republica Dominicana, mayo se convierte en un mes dorado para muchas tiendas y
restaurantes que ven un aumento significativo en ventas gracias a la demanda de
regalos y celebraciones. Desde floristerías hasta restaurantes, cada negocio se
prepara para ofrecer algo especial que haga sentir a las madres valoradas. Sin
embargo, es importante recordar que el verdadero regalo no reside únicamente en
lo material; lo más valioso es el amor y el tiempo compartido.
En
conclusión, el Día de las Madres es una oportunidad para celebrar a esas
heroínas silenciosas que nos han dado tanto. Mientras nos preparamos para
honrarlas con obsequios y palabras cariñosas, recordemos también que ser un
buen hijo es un compromiso diario que va más allá de un solo día al año. Este
mayo, celebremos no solo con regalos, sino también con acciones que demuestren
nuestro amor y respeto hacia ellas todos los días.