Mientras que, Aracelis Ramírez, residente en el sector Mil Flores, hizo un llamado a las autoridades para que tomen carta en el asunto, porque el agua contaminada le está causando irritaciones en la piel y más a la mujeres que más delicadas.
Por otro lado, Amparo Lacai, manifestó que el derramamiento de gasolina ha contaminando las aguas; nosotras no podemos continuar con una situación de esa naturaleza, donde nos vemos obligados a comprar camiones de agua a “dos mil pesos $2,000.00”, eso no es posible la CAASD debería estar suministrarnos agua potable de calidad, sin embargo los residentes de Mil Flores y MATRISA han tenido que hacer pozos para conseguir el preciado liquido.
También, señala que técnicos de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), la han llamado en dos ocasiones, con el fin de reunirse con los munícipes y las Juntas de Vecinos de esos sectores, y siempre la dejan esperando.
“Nosotros queremos que haya un compromiso, porque realmente esa circunstancias no afecta a los que tienen “bombas sumergibles”, sino que está afectando a dos comunidades y queremos evitar una desgracia, recordó la explosión que ocurrió en San Cristóbal y lo que paso en Jet Set, eso fue por la indiferencia de nuestras autoridades”, enfatizo Amparo.
Finalmente, Francis Graciano, señala que los empleados y la dirección de la “Estación de Combustible Nativa” tienen conocimiento del problema específicamente (de la contaminación del agua subterránea con el derrame de combustible), desde hace más de nueve meses y no han hecho el mínimo esfuerzo para resolverlo.
En Mil Flores hay más de seis hoyos contaminados y en MATRISA por igual, en la actualidad existen más de cien familias afectadas directamente por esta situación y ellos tienen pleno conocimiento del problema y no quieren investigar; ya estamos cansados de comprar camiones de agua.

