Fundacion de Militares Constitucionalistas se oponen por ahora una reforma a la Constitución

 La Fundación de Militares Constitucionalistas, , después de reconocer como positiva y ejemplar la gestión del primer año de este gobierno, citando los logros obtenidos por el mismo como  la lucha  frente a la pandemia del COVID-19, también contra la corrupción,  así como un  relativo equilibrio macroeconómico que le ha permitido un avance significativo en otras áreas, como la reactivación del turismo, lo cual presagia, junto a otros indicadores, un crecimiento económico sorprendente, entre un rango de 9.0% y un 10.0% para este año 2021.

Esta organización pide al presidente Luis Abinader  que se abtenga de reformar la constituccion esta años, hablando a nombre de los Constitucionalista Andrés Fortunato expreso  “Que dada la carga de diversos factores que tiene que enfrentar este gobierno lo más conveniente, para el país y el propio gobierno, sería aplazar la reforma constitucional anunciada, hasta que se presenten momentos más propicios. Basta recordar, que se está llevando a cabo, por primera vez una persecución contra la corrupción que enfrenta amplios sectores opositores, por lo que hablar de una reforma constitucional, podría tener una lectura que se aprovecharía, para tergiversar cualquier sano propósito”.

Además, en opinión de los constitucionalistas, reformar la actual constitución sin que el pueblo o gran parte de él la conozca, puede producir un efecto contrario al que se desea, como ha ocurrido con la cerca de 40 reformas constitucionales que se han realizado desde el punto de vista de los intereses partidarios, los cuales son siempre transitorios y circunstanciales.

Recomendaron, que antes de hacer una reforma constitucional, hay que aplicar, a lo largo y ancho de todo el país, entre otras cosas, lo que plantea el art.63 de la Constitución vigente en su numeral 13, el cual señala, que: “Con la finalidad de formar ciudadanas y ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes, en todas las instituciones de educación pública y privada, serán obligatorias la instrucción en la formación social y cívica, la enseñanza de la Constitución, de los derechos y garantías fundamentales, de los valores patrios y de los principios de convivencia pacífica.

Aquí no se ha llevado a cabo un plan de formar en constitución a la sociedad dominicana. En eso los gobiernos, la Junta Central Electoral y los partidos políticos han sido indiferentes, manteniendo al pueblo con una ignorancia razonada. Y resulta, que “la indiferencia y la ignorancia son incompatible con una democracia representativa”.

A juicio de esa entidad patriótica, “la ignorancia de las leyes que rigen los fenómenos políticos-sociales, engendra numerosos errores, opiniones y creencias falsas, que privan a las instituciones democráticas de su base fundamental: la vigilancia del pueblo”.

Debemos ya, si queremos un verdadero cambio, evolucionar en democracia tomando como base fundamental, en conocimiento de la Constitución y las leyes que rigen la materia electoral, así como el conocimiento ético y moral tan necesario, tanto para los que aspiran a los cargos públicos, como a los ciudadanos y ciudadanas que ejercen el sufragio, para la conformación de los tres poderes del Estado.

Entienden esos viejos y muchas veces ignorados por los gobiernos, que tenemos que aspirar a la creación de un gobierno equilibrado, cuyas instituciones sirvan de contrapeso las unas a las otras y eviten la opresión en cualquiera de sus manifestaciones, pero eso se debe lograr mediante una especie de revolución cívica, que debe incluirse entre los doce puntos a trabajar, para mejorar la efectividad de un Estado Social y Democrático de Derecho, como el que siempre hemos aspirado.

Para los hombres y mujeres de abril, concientizar al pueblo, es  la única forma de eliminar el caciquismo político y los partidos personalistas, fundadas en el servilismo político y las redes de lealtades compradas, con los recursos que los profesionales de la política extraen, tradicionalmente, del erario.

Además, agregan éstos, tenemos que decidirnos a crear una  opinión pública consciente e ilustrada que es el poder frenador por excelencia. De Ahí, que “la reforma del régimen político debe pues comenzar por la formación de esas fuerzas que hacen a la sociedad verdaderamente soberna y dueña de su destino.

Enfatizaron, que hasta que no se forme cívica, ética, moral y patrióticamente, así como de conocimiento del manejo del Estado dominicano a los votantes, será una quimera la aplicación del art. 2 de la Constitución de la República, el cual señala, hablando de la “Soberanía Popular, que: “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa, en los términos que establecen esta Constitución y las leyes”.

Hablando a nombre de los constitucionalistas, el Lic. Andrés Fortunato Victoriá, señaló, que ellos están seguros de las buenas intenciones del Presidente Luis Abinader, para muestra valen las pruebas aportadas, para bien de la nación durante su primer  año. Pero hay que tener mucho cuidado con esa trilogía funesta que reproduce cada cuatro años la misma frustración social: los políticos profesionales, los capitalistas que invierten para mantener el circulo vicioso de la corrupción y los intelectuales sin fe y sin honor, cuya norma tradicional ha sido: “cultivar la verdad como sabio, esparcir el error como ciudadano y estudiar a las personas, para engañarla”.

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