Un policía de la ciudad santafesina de Frontera fue condenado en un juicio abreviado a cinco años de prisión por haber detenido ilegalmente a un hombre y a un adolescente y haberlos torturado y obligado a comer sus propios excrementos.
Fuentes judiciales informaron a Télam que en la misma causa se encuentran imputados otros dos efectivos de la fuerza, quienes posiblemente sean juzgados en los próximos meses en un debate oral.
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